06 mayo, 2007

DOMINGO QUINTO DE PASCUA Juan 13,31ss





AMAR A SU MANERA
En la palabra Amor caben todas las palabras y los sueños y los anhelos y las tribulaciones, la ternura y las luchas. En este evangelio de San Juan, Jesucristo nos vuelve a recordar que el amor no es un sentimiento que de pronto se estrangula y estremece, sino una donación sin límites que atraviesa los cristales del esfuerzo.
Amar a nuestra manera, tan esquiva a veces, tan sujeta a los vaivenes de la circunstancia y de la arena, es poco fiable a la hora de los emprendimientos. Amar a pesar de todo es la forma de Jesús, que prefiere ver en todos lo que aún no ha nacido.




TRES CONSEJOS
Después de leer este evangelio, aquel muchacho se acercó a un sabio de los menos conocidos y le pidió que le ayudara a cumplirlo. El sabio amigo se limitó a darle tres consejos:
-No quieras acortar distancia, recorre entero el camino. Porque al otro no se le conoce en un día y el amor es siempre un esfuerzo que se transita de día y se goza en la serenidad de la noche. En las trochas que acortan los caminos suele haber salteadores, maleantes, demasiadas sorpresas desagradables. Ten paciencia.
-No curiosees la vida de nadie si no es para recornocerla en sus valores o enriquecerla con los tuyos. Porque la intimidad es sagrada, como sagrados son los errores y los pecados de los hombres. Si hurgamos en ellos antes de que sean corregidos, les será mucho más difícil volver a empezar: los umbrales del alma estan vallados, sólo Dios tiene libre el acceso.
-No tomes determinación en los acaloramientos, déjate enfriar y verás las cosas en su justa medida. Porque se necesitan ojos altos de pájaro y descubrir que las realidades, a distancia, parecen sueños y los sueños, a distancia, terminan siendo realidades.