20 agosto, 2011

DOMINGO XXI del TIEMPO ORDINARIO

UNA CASCADA DE LUZ

Son las palabras del Santo Padre que, en medio de tantas sombras, nos viene a traer el resplandor de Dios. Una Sabiduría de cosas sencillas para los tiempos felices.

En el mundo se sabe y se reconoce que Benedicto XVI es una de las inteligencias más brillantes que ha dado este siglo. Sus mensajes son inequívocamente referencias de bien y el que acude a su magisterio, creyente o no, está seguro de llevarse un pensamiento digno de ser estudiado al principio, y de ser amado después.

Es creíble porque nos dice la Verdad. Porque nos invita honestamente a buscarla. Y mientras viene, que nunca vendrá del todo en este mundo, parece encomendar a los jóvenes QUE SE ACABÓ EL RECREO, que la libertad no consiste en que cada uno festeje a su modo la indolencia, sino el más valiente compromiso; que el amor no son arrullos solamente, que de los besos han de salir esfuerzos y promesas; que no es más importante la razón que el sentimiento, sino que conviene alcanzar una razón enamorada. Eso, y muchas más palabras y muchas más verdades ha dejado en el aire de España aquel que trae el Viento del Espíritu.

-¿Quién dice la gente que soy yo?...

La Verdad que cuelga de las ramas de la vida. La Paz q ue aparece lunada en los rostros de los peregrinos. La misericordia que salta con el agua de las fuentes. Madrid se ha convertido estos días en una pasión bendecida. Benditos sean nuestros jóvenes.

El Papa Benedicto ha vuelto a llenar de lámparas la ceguera del mundo.

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