LÁSTIMA DE LUZ
En los comienzos de la vida pública de Jesús no
puede sorprendernos que los discípulos de Juan que, como todos, buscan
seguridades, pregunten al Maestro:
-¿Dónde vives?
La casa se toma como referencia de anclaje. Es
inevitable el miedo a vivir en la intemperie, a que se abran las mañanas y sólo
ver en ellas un resplandor que no tiene cobijo, ni se detiene a las doce porque
el corazón del mundo quiso detenerlo. Desde el principio, y apenas sin saberlo,
nacemos abrazados a la melancolía de la inseguridad y le preguntamos, sin
palabras, a cada persona y a cada cosa dónde viven con el afán de permanecer.
Lo cierto es que nadie vive en ningún sitio ni las cosas resisten más allá de
lo que les dure el brillo de su barniz.
Creemos ser amados porque alguien nos miró un día
desde el fondo de sus ojos para decirnos que la luz nunca se alejaría de
nuestros labios… Lástima de luz, escribe Gamoneda. Lástima de luz que al poco
tiempo se esconde en la copa de los cansancios con el deseo de que la dejemos
recordar el tiempo en que quemaba.
Creemos ser libres y el insigne Alvite nos acaba de
recordar en su testamento que a veces la libertad consiste en pintar de azul el
patio de la cárcel. Encadenados vivimos a los mercados, a los consumos, al aire
que nos contamina acercándonos el polen de mariposas enfermas.
-Maestro, ¿dónde vives?
Venid y lo veréis, les respondió Jesús. Y aquel día
se quedaron a vivir en una casa, pero
los demás días, el tiempo restante fue un ir y venir de Jerusalén a Jericó, de
Betania a Cafarnaúm, de leprosos a endemoniados, de paralíticos a doctores de
la ley, de ciegos a buscadores de paz…
Aquellos discípulos y muchos que llegaron después
nunca más se detuvieron en el mismo paisaje. Porque seguir a Jesucristo fue una
inmensa aventura que les lamió en el alma la indiferencia.
Lo único seguro en ellos --ay, y en nosotros… lástima de luz!— fue el
sentirse definitivamente amados y entender que la libertad en Jesucristo
consiste en buscar cada día la caricia del Viento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario