17 diciembre, 2011

DOMINGO IV de ADVIENTO. Lucas 1, 26-38


bronce Anunciación. Roma

DARLE EL CORAZÓN A LA PALABRA

Vamos por el mundo reclamando signos, imágenes, certezas que nos permitan descubrir que no estamos solos, que somos amados. Seguro que la Virgen llevaba mucho tiempo sintiendo en las entrañas un escalofrío, como el temblor de una hoja que se adelanta al viento. Y le llegó el anuncio de parte de Dios cuando estaba a punto de preguntarle a José de donde venía aquella fuerza que se iba adueñando de su vientre.

-Has hallado gracia delante de Dios...

Y a María se le quedó en su corazón dormida la Palabra. Salió de su escondite el miedo. Sintió la turbación como un pudor grande del que se sabe pequeño y terminó la conversación con el ángel arrojándose al lago de la esperanza:

-Aquí está la esclava del Señor... con la dicha del que se sabe elegido, con la firme certeza del que se sabe amado. Y la Palabra echó a rodar para que nunca acabe el diálogo de amor de los hijos con el Padre.

Mi amigo Martín Portales viene a decir que la poesía es el nido adonde acude la palabra... Al vientre purísimo de María ha acudido la Palabra de Dios para que el mundo siga creando y creyendo salvación.

No hay comentarios: