12 febrero, 2011

DOMINGO VI del TIEMPO ORDINARIO. Eclo. 15, 16-21 ; I Corintios 2, 6-10 ; Mateo 5, 17-37



EL PLATO VACÍO

En este significado domingo de Manos Unidas todo nuestro pensamiento cristiano gira en torno al lema Su Mañana Es Hoy, como un sol que esperara encenderse sobre el plato vacío.
Tres consideraciones sobre las oportunas lecturas que nos presenta la liturgia.
LOS OJOS DE DIOS vigilan desde el libro del Eclesiástico las acciones de los hombres. Y su vigilancia, más que represora, ofrece luminarias para que descubramos cuál es el mejor destino que podemos darle a nuestra abundancia: que los pobres tengan mañana, que los pies descalzos se cubran con sandalias, que sobrevivan los niños más allá de su infancia, que puedan algún día poner sobre sus mundos la esperanza de su corazón... Desde sus ojos de padre, Dios nos recuerda que también ellos son sus hijos.
LO QUE DIOS TIENE PREPARADO para los que le aman, excede al pensamiento del hombre, suscribe la primera carta a los Corintios. Y lo que nos tiene preparado tendrá mucho que ver con el paraíso de su amor incalculable, con un reloj sin manecillas, con un jardín donde nunca se desdoren los cerezos... Justo sería que favoreciéramos aquí en la tierra a los más necesitados y que algo nuestro y mucho de lo nuestro quedara entre los hombres.
EL PECADO DE LAS INTENCIONES refiere la finura y el cuidado con que hemos de tratarnos al abrigo de nuestra fe. La sola intención del desprecio o del no querer, del olvido junto a la indiferencia, de la mirada torva o el retorcido deseo... incumplen la elegancia de un seguimiento que está pensado para que el ser humano esté adornado permanentemente con la bienhechora intención del compartir. El hacer mal y el no hacer vienen a ser para el cristiano el mismo desdén para que el Dios que es Padre, que todo lo ve y que tiene preparado para los que le aman el tatuaje de la divinidad.

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