Piedra de la Ascensión
MIRAR AL CIELO
Y EMPEZAR
San
Lucas, autor de los Hechos y de su evangelio, abraza hoy la liturgia casi al
completo para decirnos, de la manera que menos daño haga, que Jesús se va, que
se ha ido en la mirada de unos ojos con lágrimas fijos en el cielo, como si un
viento se hubiera llevado de pronto el amor que les había cambiado la vida a
sus amigos. Vuelven a estar como antes
--al menos eso creen—hasta que escucharon una voz fuerte que les
devolvió la sorpresa:
-¿Qué hacéis ahí mirando al cielo? Ahora
vosotros sois los testigos…
TESTIGOS
de una presencia cumplidora. Lo que queda en ellos del Maestro es la coherencia
firme de Alguien que cuanto dijo supo acabarlo. Firme en su dolor, en su
abnegación de ver que los frutos de su palabra rodaban por la ladera de los
corazones sin demasiada comprensión. Firme en su valentía de salvar al hombre
al precio insensato de su vida. Recordarán siempre que fue en abril la Cruz.
Abril lluvioso en las ojeras del tiempo.
TESTIGOS
los apóstoles de una Ascensión intercesora. Los había estado mimando: en 40
días fluyeron dulces las apariciones de Jesús, los regalos de paz en la cesta
generosa de sus labios para que no sintieran dentro la guerra de los olvidos. Me voy, pero no os dejaré huérfanos… así
sucesiva, constantemente, acudiendo al milagro y a la primera vez para que no
sangraran las heridas. Jesús, el Señor vivo de la palabra y el gesto, tratando
de explicar lo inexplicable: que los iba a acompañar siempre enmascarado en el
pan de una mesa, rojo en el suave grito del vino.
TESTIGOS,
apóstoles y creyentes, de una esperanza culminadota. Las puertas de Jerusalén
se irán quedando viejas, deshechas las piedras de los templos, sin el hilo
ordenador se quedarán los trajes colgados en las perchas de la memoria… pero
nosotros sabemos de Quien nos hemos fiado, quién está detrás de las dudas,
dónde se encienden diariamente los fuegos. Nosotros somos testigos de una
inmensidad desbordante, de un asombro para el que faltan palabras…
1 comentario:
Gracias a Dios pudimos acceder a tu blog.
Un cariño grande de los Solaris.
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