24 marzo, 2007

DOMINGO V de CUARESMA Isaías 43,16 Juan 8,1


EL NUEVO CAMINO DEL DESIERTO
Isaías, con su delicia acostumbrada, nos revela que Dios está dispuesto a construir en el desierto un camino nuevo y allá. donde hay páramos, nacerán los ríos. "Sólo para sí Dios no es nuevo". Para los demás, Dios se hace sorpresa continua, permanente relámpago con inacabables presencia. Este camino nuevo será el de la misericordia. El que puede escribirse con los dedos en la arena, como Jesús, mientras se alejan los que acusan, que casi siempre suelen ser los más cobardes.
TEJADOS DE VIDRIO
Puede que la vida sea una multitud de piedras que tiramos y que nos tiran los demás con diferentes pretextos, con diferentes olvidos. Escuché una vez a María Dolores Pradera decir que cuando una mujer está sola está solísima. Como esta mujer del evangelio que únicamente la miran para afinar la puntería y acertar con la pedrada, porque ha sido "sorprendida" en adulterio. Me conmueve la palabra "sorprender" sobre el paisaje particular de cada uno.
Pareciera como si lo de menos fuera hacer daño, lo malo es que te sorprendan. Y a todos nos han sorprendido alguna vez haciendo lo indebido.
El mensaje cuaresmal sería que procurásemos vivir sólo una vida, y santa, para que sólo pudiéramos ser sorprendidos en provecho de las murmuraciones, aunque sólo fuera por eso. Y sacándole brillo a la intención, para que a Jesús se le cierren las heridas.

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