26 junio, 2010

DOMINGO XIII del TIEMPO ORDINARIO I Reyes 19, 16ss ; Gálatas 5, 1ss ; Lucas 9,51-62


LA FASCINACIÓN Y LAS CADENAS

Cuando aún era dama de honor de la reina Catalina, Ana Bolena escribió agradecida a Enrique VIII: Si usted recompensa tan leve conversación con regalos tan grandes, ¿qué podrá usted hacer por los que están listos a consagrar su obediencia entera a sus deseos?...

Si un rey malo está dispuesto a compartir su reino por esta forma de entrega, ¿qué no dará Dios, Rey Todopoderoso, a quienes dejen su tiempo y sus arados, sus anhelos y afectos por seguirle sin condiciones?.

Toda la liturgia de hoy convoca a dos palabras que no están expresadas en los textos, pero que son a, a mi modo de ver, indispensables: Fascinación y libertad.

Dejarlo todo, matar los bueyes y quemar los aperos, como hace Eliseo, para seguir a Dios desde el profeta Elías, sólo puede hacerlo quien está fascinado por una idea, por una presencia, por un reclamo, por un fuego en el pecho. Dejarlo todo y seguir a Jesús, que ni siquiera tiene donde pasar sus noches de soledad, menos que un pájaro agazapado en su nido o que una zorra acurrucada en su árbol, es condición única tener llagadas las telas del corazón, como le hace saber don Quijote a Dulcinea.

Pero todo esto sería reliquias de un deseo si no se tiene libertad para seguir al Fascinante Jesucristo que, aunque no tiene donde caerse vivo, es dueño del teresiano castillo del alma y posee las mejores habitaciones para regalo y deleite de los espíritus: con sólo Él puede compartirse el exquisito mosto de las granadas.

Si hay cadenas habrá impedimento. Si no nos desatamos de los viejos pecados, el alma seguirá sujeta a su cadena. Si no hay paz estarán secos los jardines donde pasear con Él entre perfumes.

Jesús viene, nos mira, nos invita, nos engalana con su voz, nos seduce irremediablemente, pero si no hay coraje para dejar atrás la silla de ruedas, se pudrirán las frutas en su bandeja.

1 comentario:

Mari Carmen dijo...

Los cristianos, hoy más que nunca, necesitamos acogernos a la Palabra para poder seguir al Señor.Gracias por sus reflexiones que nos la presenta más asequible y cercana.