21 julio, 2013

DOMINGO XVI del TIEMPO ORDINARIO. Génesis 18, 1-10 ; Lucas 10, 38-42

Cristo en casa de Marta y María. Wermeer

LA MEJOR PARTE

La conclusión de Jesús en el evangelio de san Lucas de que María ha elegido la mejor parte contemplando su palabra, escuchándolo embelesada, nos la anticipa la lectura del Génesis después de haber sorprendido a Abraham, bajo la encina de Mambré, con el Señor aparecido para entablar con el patriarca una conversación. El Génesis nos señala tres consecuencias venidas de la oración abrahámica:

DESCUBRIR el rostro del hermano. Tres hombres aparecieron de pronto allí, junto a él, los mira Abraham después de haber orado y les invita al agasajo de su casa y su familia.

ESTOS PERSONAJES, agradecidos por su hospitalidad, le ofrecen la buena noticia de que Sara va a ser madre, que por fin va a cumplirse la promesa del heredero.

CUANDO su esposo le comunica la noticia, Sara le devuelve una risa desconfiada. No tiene más remedio que creer, que aumentar su fe cuando nota que el vientre le crece y que le llega el regalo del hijo que tantas noches, mirando a las estrellas, habían soñado....

No es que Cristo desdeñe la acción, el ir y venir de platos y atenciones que le prodiga Marta, sólo quiere anunciarle que desde la ESCUCHA, desde la oración, Marta y nosotros, regresaremos a la vida, reconociendo al hermano que aparece junto a nosotros, de él recibiremos la buena noticia de ese fruto sembrado en la conciencia y habrá crecido nuestra fe al ver que Cristo nos hace sonreír después de haberle permitido que dentro nos naciera.

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