06 julio, 2013

DOMINGO XIV del TIEMPO ORDINARIO. Lucas 10, 1-12ss

Camino a Santa Mª de la Cabeza

CAMINO DE LOBOS
CAMINO DE CORDEROS


Casi todas las palabras tienen un grito escondido. Poneos en camino, es una frase en sí misma contagiosa para brincar de la silla y no detenerse hasta alcanzar el sitio. Ponerse en camino es buscar algo nuevo con que la conciencia, poco a poco, se vaya acomodando...  Dice el evangelio que a Pilato le pidieron que resolviera:

-¿Qué piensas hacer?
-Yo, lavarme las manos...

Ponerse en camino es rechazar definitivamente eso de lavarse las manos y que los demás hagan por mí lo que a mí me corresponde.

El Papa Francisco acaba de anunciar: Es urgente reformar la estructura de la Iglesia. Poneos en camino.

Pero en el camino que nos manda Cristo recorrer hay corderos y lobos bien diferenciados, aunque a veces cueste trabajo reconocer quiénes son los unos y cuáles son los otros. De corderos y de lobos todos tenemos un poco, porque todos tenemos los dientes tan afilados como los egoísmos, olores de establo y de lavanda, tristezas que se levantan sin saber por qué sobre los campanarios, desolaciones o encantamientos, miedo a los juicios a la par que enjuiciamos. Tiempos de primavera y vendavales en invierno. Amigos de una manera y amigos de todas las maneras... Y todos vamos juntos porque, casi siempre, corderos y lobos en el corazón se juntan. 

Poneos en camino para que lo bueno sea mayor que lo malo y los colmillos se afilen para adentro. Para que el hermano sea descubierto como un don y la Eucaristía el pan que termina con el hambre. Para que nos llegue al alma, como un río, la paz. Poneos en camino para que la Iglesia transforme sus estructuras equivocadas en orillas de santidad; pero no sólo los curas, todos, que es muy fácil señalar a los demás para que no se fijen en nosotros. Poneos en camino y habladle a vuestros hijos de Dios y así brotarán de las palabras y los ejemplos los sacerdotes del mañana. 

Habladores y felices regresaron aquellos que Jesús había enviado para anunciar el Reino. Poneos en camino sin las trabas de la memoria: todos nos hemos equivocado, pero una túnica blanca, una fuente segura nos aguarda.

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