17 enero, 2010

DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO. (Ciclo C) Isaías 62, 1-5 : I Corintios 12, 4-11 ; Juan 2, 1-11





EL EQUILIBRIO DE LOS CARISMAS



San Pablo restablece en la primera carta a los Corintios la singularidad de cada persona, el reconocimiento expreso de los dones que de Dios hemos recibido cada uno. Somos en el mundo un cuerpo inmenso donde todos tenemos una función y una capacidad relevantes que hemos de poner a disposición de los demás. Aunque, a la hora de la verdad, no es tan sencillo



La dificultad estriba en que al descubrir las cualidades personales, pensemos que son nuestras y alardeemos de unos méritos que no nos pertenecen. El artista, el generoso, el valiente, el creativo en suma, puede caer en la trampa vanidosa de sentir que lo suyo es para la intimidad y no para el servicio, que el regalo de Dios es únicamente una deferencia de amor que el Todopoderoso ha tenido con su persona.



Que todos nosotros aprendamos hoy a abrir para el mundo las manos del arte y el corazón de la fe. Con toda certeza, la vida se llenará de arco iris.





EL AMOR Y LOS NOVIOS

La experiencia dichosa de San Juan nos sobrecoge en esta historia de amor en la que quiere poner de relieve el primer signo de Jesús, la falta de previsión de unos novios mas preocupados en mirarse que en atender a los invitados, la dulce palabra de María, y el agua y el vino como fondo y cauce del primer milagro.
En otras ocasiones hemos destacado la elegancia serena de la Virgen en su modo de pedirle al Hijo que remediara la falta de vino. Hoy, nos maravilla que el primer signo que Jesús hace en el comienzo de su vida pública sea trasformar el agua que simboliza la humanidad en el vino de la divinidad. No le quita a la persona su esencia de serlo, sino que a lo humano le incorpora lo divino para que tengamos, desde el comienzo de la fe, el regalo más grande que será aún mayor en el destino: fundirnos en Dios y con Él llamear eternamente.
En la boda primera que nos puntualiza Juan evangelista, la embriaguez del vino nuevo de la nueva alianza, será la garantía definitiva de saber con detalle de quién nos hemos fiado.

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