15 diciembre, 2012

DOMINGO III de ADVIENTO. Filipenses 4,4-7 ; Lucas 3, 3-18

Gafas de María Zambrano. Museo Vélez


A OSCURAS


Además de la alegría que hoy nos reclama san Pablo como preparación a la Navidad, la figura imponente de san Juan de la Cruz recorre diciembre con su noche oscura y su esperanza. En la noche, él salió con ansias en busca de la luz. Y en el Espíritu de Jesucristo la encontró.

Los tres estamentos sociales que nos presenta el evangelio de san Lucas en este tercer domingo de adviento, están a oscuras y sin saber qué hacer. En la noche y, al parecer, también con ansias preguntaban al Bautista:

-Y nosotros, qué hacemos. 

Para todos hubo una respuesta diferente, aunque al final pudiera parecer la misma:

A la muchedumbre, que comparta el alimento y las túnicas, que se abrigue y se alimente viendo cómo los pobres cubren su necesidad.

A los publicanos, que no cobre más de lo que debe

A los militares, que no se aprovechen de su poder abusando de los demás o denunciándoles en falso.

Como nosotros, todos necesitan  la fe para llevar la mano a sus conciencias y sacarlas luego enjugadas en la luz, comprometidas con el amor. Manos extendidamente navideñas. Sólo se acierta en la vida cuando la llama de la fe nos lleva por los nublados caminos de cada día.

-Y nosotros, qué podemos hacer.

Primero, preguntarlo con ansias, que luego el Niño nos lo irá diciendo desde la cuna.

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